El edificio de oficinas municipales de Torrelamata se plantea como una plaza en planta baja permitiendo continuidad espacial y funcional con el entorno de la plaza ya existente. La relación con las distintas calles que llegan a ella ha sido una de las premisas de proyecto, para que el edificio de oficinas municipales no se convierta en una barrera y permita las vistas a través de él.
Se trata de un edificio representativo y simbólico que en planta baja se trata como un espacio público, perteneciente a la ciudad. Se relaciona con la ciudad mediante patios, uno longitudinal de mayor dimensión donde vuelcan las oficinas, buscando el sol, y otro menor en la fachada noroeste permitiendo la ventilación cruzada.
Se busca una adecuada orientación con sistemas de protección que hagan de las oficinas un edificio con poco consumo energético. En cubierta las instalaciones y placas solares para aprovechar la radiación solar.
En las fachadas, vidrios, piedra caliza de la zona y lamas de aluminio. Interiores blancos, falsos techos de aluminio y tarima de madera registrable para todo el cableado de voz y datos.