La propuesta se articula en torno a un patio central que se escapa hasta el rincón del solar que forman las medianeras tal y como exige la normativa de la zona. Este patio se convierte en el elemento que da sentido a las circulaciones tanto desde los espacios comunes como desde el interior de las viviendas.
El acceso al edificio se produce desde la calle Guillem Sorolla, más transitada y de mayor anchura. Desde aquí se establece una secuencia espacial que pasando por el zaguán nos conduce hasta el patio. El núcleo de comunicaciones está abierto al patio en continua relación con este y permite el acceso a las tres viviendas con las que cuenta cada planta.
En la planta baja se van produciendo diferentes retranqueos, ensanchándose las aceras en una zona de la ciudad donde las dimensiones de estas son muy escasas. Esta operación conseguirá también abrir nuevos ángulos de percepción de la calle.
El análisis de las edificaciones vecinas ha determinado la solución propuesta; alturas variables de cornisa, proporción vertical de los frentes de fachada – responden a las parcelaciones anteriores, ritmo vertical de huecos y acabados de fachadas mediante revocos y carpinterías de madera.
En particular, y en relación con la normativa del PEPRI que indica como frente máximo de fachada 14m., y al tratarse de una actuación que supera este límite se ha planteado dos operaciones: marcar diferentes líneas de coronación reflejando las tres viviendas que aparecen en planta y matizar los tonos de los revocos de fachada dentro de una misma gama cromática acorde con las del entorno.
Estas diferentes alturas de coronación pretende también conseguir que las cubiertas den respuesta a las parcelaciones existentes anteriormente.
En la definición del hueco se ha buscado una dimensión constante solo ensanchada ligeramente en las piezas de estar situadas en la esquina y en las piezas colindantes con las edificaciones vecinas, de esta forma se consigue por una parte reforzar el valor de la esquina y por otra establecer un diálogo más directo con las edificaciones colindantes. Las alturas de los huecos siempre de suelo a techo persigue relacionarse con las proporciones de los huecos del resto de edificaciones del barrio.
Se ha buscado la mayor diversidad tipológica posible en el desarrollo de los programas de viviendas, contando con viviendas de uno, dos y tres dormitorios.
Esta situación unida a la voluntad de que los huecos se relacionen con los espacios de circulación de las diferentes estancias propician el movimiento de algunos de los huecos de la fachada. La ubicación de los huecos en los espacios de circulación de las estancias permite el mayor aprovechamiento de estas dado que se trata de viviendas de dimensiones mínimas.